C.K. medita sobre la moral del campesinado

Moreno y fortísimo,
es una de las mejores
mulas de los trapiches de Efeso.

Pero tiene el rostro manchado,
su boca no ha conocido dentadura,
tiene pequeño el pene
y está virgen.

No obstante está enamorado
y es cierto,
de dos de las mas bellas jóvenes de Corinto
así, ellas, también, le rechacen y huyan.

Sediento de placer
-teme mas dar que recibir-
cada fin de semana
sueña con entregarse a alguien
-humano o bestia-
pero cuando está a punto
de dar el gran si
recuerda
que su madre
le espera despierta,
no importa la hora,
para que vuelva a casa.

Su madre y sus abuelos
harán que llegue
intacto,
por delante y por detrás,
hasta las mismas puertas.
Del paraíso.

Permitid
esquivos Dioses,
que este horrendo muchacho
sepa, al menos por una vez sola,
para que fue destinada su carne
en este mundo.
Dad a “Marrano” una oportunidad
sobre la tierra.

Harold Alvarado Tenorio