Génova

Al lado del puerto,
hay varias calles
que albergan hombres
oficiantes de hembras.

Cuando llegues,
procura
no decepcionar.

Goza, como nunca antes,
esas miserias que deparan
la mala vida, el abuso y
los excesos de alcohol.

La carne
que respira humores de vino
no sabe distinguir
entre uno y otro sexo.

Harold Alvarado Tenorio